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Historia de la Casa de la Bóveda

Actualmente, la Vicerrectoría de Extensión y Difusión de la Cultura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla se ubica en la Casa de la Bóveda, situada en calle Juan de Palafox y Mendoza, número 406, avenida vital de la ciudad, la cual ha tenido diversos nombres a través del tiempo, en el siglo XVIII era nombrada Costado de la Iglesia del Espíritu Santo, pero de 1819 a 1823, por la presencia en la cuadra de esta casa, se la denominó Calle de la Bóveda.

Con la fundación de la Academia de Bellas Artes, que tuvo como sede este edificio, se le dio el nombre para mediados del siglo XIX de Calle de la Academia, y para 1889 se le designó Calle de Francisco Morales, en honor al pintor Francisco Morales Van den Eyden, maestro y director prominente de dicha academia.

El dueño de la Casa de la Bóveda fue Diego Peláez Sánchez, destacado eclesiástico de la Catedral Angelopolitana fue "medio-racionero en 1682, racionero en 1685, canónigo en 1693 y murió, siendo maestreescuelas, en 1714.

La casa, después de la muerte de Diego Peláez, perteneció a diversos dueños y estuvo en constante disputa. Desde 1813 fue sede de la Junta de Caridad para la Buena Educación de la Juventud, que tenía una escuela de primeras letras y su escuela de dibujo, que dio origen a la Academia de Bellas Artes. La institución en un inicio fue inquilina de la casa y para 1840 la compró.

En 1812 se aprobó por Real Cédula el establecimiento de la Junta de Caridad, encabezada por el presbítero José Antonio Jiménez de las Cuevas, la cual estaba formada por un director eclesiástico, 12 socios eclesiásticos y 12 seculares, “tenía un carácter eminentemente benéfico y buscaba, más que la formación de artistas, la creación de una juventud sana y provechosa a partir de la enseñanza de las artes y oficios”. 

La escuela de dibujo tuvo como sus primeros maestros a los destacados artistas: Salvador del Huerto, Julián Ordoñez, Manuel Caro, Lorenzo Zendejas y José Manzo. Posteriormente, tuvo alumnos y profesores distinguidos como Agustín Arrieta, Francisco Morales y Daniel Dávila. La academia tuvo muchos benefactores siendo los más distinguidos los obispos Antonio Joaquín Pérez Martínez y Pablo Vázquez, quienes donaron a la institución diversos objetos artísticos.

En 1937, por orden del gobernador Maximino Ávila Camacho, parte de la colección de pinturas del Colegio del Estado se mudó a la Academia de Bellas Artes y de acuerdo con el inventario de traslado de obra fueron 125 piezas. Dos años más se unieron la Pinacoteca de la Academia y la del Colegio del Estado, por lo que se llevaron a cabo intentos de recuperar las obras por parte de la Universidad. En 1939 el esfuerzo fue encabezado por el licenciado Horacio Labastida Muñoz, y en 1964 por el doctor Manuel Lara y Parra, pero no llegaron a fructificar. Finalmente, el rescate se logró en 1973.

Como hemos mencionado, la Academia de Bellas Artes reunió a lo largo de su vida un importante acervo artístico que pasó a formar parte la Universidad Autónoma de Puebla en 1973, en este tiempo la Casa de la Bóveda albergó por más de una década a la Pinacoteca Universitaria, hasta que en 1987 se trasladaron sus colecciones artísticas al Museo Universitario, en la Casa de los Muñecos (2 Norte, 2, Centro).