Autonomía universitaria: la ardua conquista de la BUAP

Autonomía universitaria: la ardua conquista de la BUAP

Edificio Carolino; núcleo de la autonomía universitaria en Puebla
Vida institucional

La autonomía universitaria de la BUAP fue fruto de una prolongada lucha que inició con la concesión formal del autogobierno el 23 de noviembre de 1956, aunque no fue hasta el año de 1963 que la Universidad Autónoma de Puebla adquirió una personalidad soberana tras la reforma de la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Puebla que convirtió al Consejo Universitario en máxima autoridad de esta casa de estudios.

 

 

La conquista de estas libertades no se dio en el vacío, ya que esta utopía de una universidad al servicio de la ciencia y la sociedad, resguardada de injerencias estatales, pero también eclesiásticas, conformó los ideales de los estudiantes del siglo XX en toda América Latina.

 

Autonomía universitaria en la ley de 1956

Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Puebla, promulgada el 23 de noviembre de 1956 /Imagen: Archivo Histórico Universitario

 

Para entender a carta cabal la importancia de esta conquista histórica, hay que remitirse al mismo concepto de autonomía universitaria, o la libertad para organizar la comunidad universitaria al margen del poder estatal constituido.

Dos conceptos forjaron el combate por la reforma universitaria tras el denominado Movimiento de Córdoba (1918): el cogobierno de docentes y estudiantes que determina la libre elección de las autoridades universitarias y el concepto de libertad de cátedra e investigación que permite “proteger a los universitarios contra autoridades civiles o religiosas que se opongan al estudio, sistematización y difusión de una teoría, escuela de pensamiento o línea de investigación” (Díaz Barriga, 2004).

 

Autonomía universitaria

 

Ambas nociones retoman una larga tradición nacida en las universidades medievales de Europa donde las congregaciones de enseñanza se regían por sus propias normas y tenían plena soberanía sobre su organización interna.

 

 

Definiciones de autonomía universitaria en un siglo convulso

 

Así pues, la definición más común de autonomía universitaria, recogida en los textos fundacionales de la Unión de Universidades de América Latina, es la siguiente:

 

La autonomía de la Universidad es el derecho de esta Corporación a dictar su propio régimen interno y a regular exclusivamente sobre él; es el poder de la Universidad de organizarse y de administrarse a sí misma. Dicha autonomía es consustancial a su propia existencia y no a una merced que le sea otorgada –y debe ser asegurada– como una de las garantías constitucionales (UDUAL; 1954, citado en Ornelas Delgado, 2008, p. 31)

 

La autonomía universitaria es, por tanto, una soberanía limitada y regulada que debe reconocerse a una comunidad de saberes para garantizar, justamente, que puedan realizar sus tareas de estudio e investigación.

 

En otras palabras, la autonomía universitaria implica “la capacidad de autogobernarse, la libertad de acción, de poder elegir a sus directores o rector y el manejo de sus recursos y patrimonios”, siguiendo las prerrogativas concedidas a las universidades medievales europeas, de Oxford a Salamanca, que luego se replicaron en las posesiones americanas y fueron retomadas por la inteligencia liberal de principios del siglo XX.

 

 

Movimiento de la reforma universitaria Córdoba 1918

 

 

Fue el denominado Manifiesto de Córdoba, publicado el 1 de junio de 1918, el acicate para un poliédrico y prolongado movimiento de reforma universitaria que cuestionó las bases virreinales de la academia, fundada en “el derecho divino del profesorado universitario” y convertida en “el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos” y abrió las puertas para que el combate por la autonomía universitaria fuera retomado en todos los frentes y en todas las corrientes, de la ultraderecha al comunismo, en los campus de América Latina por casi un siglo.

 

Qué es la autonomía universitaria

 

Autogobierno frente al poder estatal (de carácter socialista o populista), autogobierno frente a los poderes sociales (de la iglesia a la gran empresa). En este vaivén ideológico, la bandera de la autonomía dependió, tal y como exponía el historiador Jesús Márquez Carrillo en varios trabajos e intervenciones de las formaciones culturales dominantes en cada coyuntura, tal cual sucedió, y se verá al detalle, en la Universidad de Puebla donde las corrientes en disputa, conservadoras o liberales, usaban un mismo vocabulario para definir proyectos opuestos que entraron en colisión al iniciar la década de 1960.

 

 

Los académicos de la BUAP y las luchas por la autonomía

 

 

Este “largo proceso enmarcado por la Guerra Fría y condicionado por la bipolaridad política predominante en Puebla” se desarrolló, al decir de la historiadora Gloria Tirado, entre los años  de 1961 y de 1973, es decir, entre la rebelión de Los Carolinos, que buscaban la laicidad en la enseñanza, el cogobierno en lo interno y el fin de la intromisión estatal en la Universidad de Puebla, y la elección del químico Sergio Flores Suárez (1972-1975) como rector que supone la salida de los grupos católicos de la universidad y la institucionalización de un modelo  de “desarrollo de la ciencia, la técnica, la cultura” con “orientación democrática y antimperialista”.

 

Sergio Flores Suárez rector UAP

 

Para la profesora-investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego, el legado de aquel movimiento de transformación es visible en muchos aspectos de la BUAP como la importancia otorgada a la investigación desde la década de 1970  o el modelo de extensión que vinculaba los universitarios con la sociedad y sus demandas, incluyendo otras herencias destacables, entre las cuales destaca la conversión del Hospital Civil en Hospital Universitario, “ejemplos tangibles que no debemos olvidar”.

 

 

Las fundamentales aportaciones de Gloria A. Tirado y otros autores, editados por la Dirección General de Publicaciones, se complementan con otros textos que señalamos al final de este texto.  

Aun así, cabe destacar que para este articulo conmemorativo del 67 aniversario del otorgamiento de la autonomía universitaria,;el doctor Jesús Márquez Carrillo cedió un texto inédito de gran relevancia: la primera cronología de las luchas por el autogobierno universitaria entre la posrevolución y el cardenismo que publicamos por primera vez en Crónica Universitaria.

 

 

Los orígenes de la universidad y los proyectos de autonomía universitaria en Puebla, 1917-1938. Cronología mínima / Jesús Márquez Carrillo

 

 

1917

Otorgamiento autonomía universitaria en México

 

Julio 27

Asume la gubernatura de la entidad el doctor Alfonso Cabrera (1884-1959) con el apoyo de varios caciques locales revolucionarios, pero sin el consentimiento de las fuerzas zapatistas. En el Colegio del Estado existen grupos opositores al régimen que van desde simpatizantes de Zapata hasta decididos enemigos del movimiento armado.

 

Octubre 15

En los comicios de junio contendieron en Michoacán, para ocupar la gubernatura, el ingeniero Pascual Ortiz Rubio y el general Francisco J. Múgica, este apoyado por el Partido Socialista de Michoacán. Habiendo triunfado aquel, para reducir la influencia de Múgica y congraciarse con los estudiantes e intelectuales que lo apoyaron, a principios de septiembre turna a la legislatura local un proyecto de ley con el que se crea la Universidad Michoacana. El 15 de octubre se promulga el decreto mediante el cual se establece la Universidad Autónoma de Michoacán.

 

Presidente Pascual Ortiz Rubio
En el centro de la imagen, Pascual Ortiz Rubio durante su breve presidencia / Imagen: wikipedia (CCO)

 

Noviembre 17

La medida del ingeniero Pascual Ortiz Rubio encuentra eco en otros estados. En Puebla, el 17 de noviembre, durante una reunión para discutir los cambios curriculares de la escuela preparatoria, el gobernador del estado manifiesta que “la constitución da la idea para la organización de una universidad”. Dice también que desea libertad en la discusión y por eso se ha abstenido de iniciar ese punto, el cual apoyará si la Academia lo propone. Ese día se constituye una comisión para determinar sobre “las posibilidades de transformar el Colegio del Estado en Universidad”.

 

Noviembre 24

La comisión dictaminadora somete a consideración de la academia de Maestros los siguientes puntos:

 

Edifico Carolino

El Colegio del Estado, ubicado en el Edifico Carolino, a principios del siglo XX / Imagen: Archivo Histórico Universitario

 

1.            Es conveniente establecer una Universidad, si se le proporcionan los elementos pecuniarios que fija el dictamen.

2.            En caso de establecerse la Universidad, quedará formada por el Colegio del Estado, el Instituto Normal y la Escuela Industrial.

3.            Habrá facultades de Derecho, Medicina, Farmacia, Educación, Ingeniería y Comercio.

4.            Se fundarán los gabinetes de Fisiología, Clínica, Higiene Terapéutica especial, Patología General, Geografía y Psicología experimental.

5.            Se dotarán convenientemente los gabinetes de Bacteriología, Física, Astronomía, Química, Historia natural y Mecanografía.

6.            Se fundarán los gabinetes y talleres, que comisiones especiales determinen, para el Instituto Normal y las distintas carreras de Ingeniería.

 

Noviembre 28

La academia de Maestros, bajo la presidencia del gobernador, discute las ventajas y obstáculos para la transformación de Colegio del Estado a Universidad. El mandatario, después de escuchar las propuestas, expresa que el “Colegio del Estado tiene un nombre que le honra, y es conveniente, o hacer un cambio decoroso, o continuar en nuestra humildad”. En todo caso, la posible transformación se llevaría un año y pregunta si se acepta “el criterio de Universidad”, continuando el Colegio tal como está, “pero con alguna libertad”.

 

Desconozco la respuesta de la Academia, pero el hecho es que, en los sucesivos meses, la oposición al gobierno crecería en el Colegio; incluso el gobernador lo cerró del 24 de julio al 4 de noviembre de 1919.

 

 

1923

 

 

Abril 6

El gobernador del Estado, Froylán C. Manjarrez, sobre la base de un Congreso de Maestros que acordó la federalización de la enseñanza (ciudad de México, diciembre 28 de 1919), turna a la legislatura local un proyecto de ley que crea el Consejo Consultivo de Educación.

El director del Colegio del Estado, doctor Rafael Serrano, protesta fundándose en la Constitución Federal y Estatal ya que tal proyecto es atentatorio “contra la Soberanía del Estado y especialmente opuesto a los intereses de la Universidad” (sic). La academia de profesores hace suyos los argumentos del director y nombra una comisión dictaminadora.

 

Abril 16

La Agrupación de Estudiantes ofrece su apoyo a la Academia.

 

Rector Lara y Parra en su despacho del Carolino

El Dr. Lara y Parra, primer rector de la autonomía institucionalizada en su despacho del Edificio Carolino / Imagen: Archivo Histórico Universitario

Abril 17

La Agrupación de Estudiantes hace por la mañana una manifestación estudiantil con el objeto de pedir al gobernador que retire el proyecto de ley. La manifestación sale del Carolino sin informar a los maestros ni al director.

Los alumnos llegan a Palacio de Gobierno y, cuando se pronunciaba el segundo discurso, la policía procede a disolver el mitin, "lo que verificó haciendo una descarga de fusilería (…); el pánico cundió entre todos de modo instantáneo, y en la confusión consiguiente hubo un gran número de atropellados y algunos sufrieron lesiones, de las cuáles las más importantes fueron: una herida por arma de fuego al alumno Fernando Gómez; una luxación en el puño al alumno Asunción Camarillo, y muchas contusiones, unas graves y otras ligeras…”

Por la tarde el director envía su protesta al gobernador pidiendo castigo para los culpables.

 

Abril 18

La Academia de Maestros brinda su apoyo moral a los estudiantes y reprueba la forma dolosa como el secretario general de gobierno informó de los hechos al presidente de la República.

 

Abril 23

La Academia de Maestros del Colegio del Estado y la Academia de Maestros del Instituto Normal se reúnen y acuerdan protestar contra el proyecto de ley. Durante los meses siguientes las protestas continúan. Los oficiales que abrieron fuego son procesados y es destituido el director de policía.

 

Imágenes de Puebla década de 1920

 

Julio 6

El gobernador del estado responde a las reiteradas objeciones de las academias de maestros, diciendo que estas carecen de argumentos sólidos con respecto al Consejo Superior de Educación, pero que, para que pueda establecerse la Universidad, el Colegio del Estado no será incluido en este Consejo.

El director pide, en contraparte, “autonomía completa y fondos propios” para poner en marcha un nuevo centro de estudios a partir del Colegio del Estado.

 

Julio 20

Con el objeto de crear la Universidad de Oriente, compuesta por la Academia de Bellas Artes y el Colegio del Estado, el Consejo Ejecutivo de la Agrupación de Estudiantes propone imponer una contribución del 3% “sobre el precio del consumo de energía eléctrica que suministran las empresas productoras a los particulares y a las sociedades del estado” y una “contribución de cinco pesos mensuales a las cooperaciones municipales del Estado”.

 

Julio 25/agosto 1º

Estudiantes y maestros salen a la calle a pedir la fundación de la Universidad de Oriente. Esta, sin embargo, no se lleva a cabo.

 

 

1932

 

 

Octubre / noviembre

Después de 1923, debido a la inestabilidad política regional, no vuelve a mencionarse la idea de transformar el Colegio del Estado en Universidad. Pero en octubre y noviembre de 1923 el general José Mijares Palencia, siendo candidato a gobernador, promete llevar a cabo “esperado anhelo de establecer la Universidad de Oriente”. A esas alturas se perfilan entre los maestros y los alumnos dos concepciones sobre la Universidad y su autonomía: la que considera que solo es necesaria la independencia técnica y administrativa del Estado y la que concibe que es además vital que el Colegio exista con sus fondos propios, sin depender en absoluto del Estado.

 

 

1933

Lucha por la autonomía universitaria en 1929

El movimiento por la autonomía de la Universidad Nacional en 1929, un precedente clave / Imagen: Fundación UNAM (CCO)

Septiembre 7-14

Si bien en el Segundo Congreso Nacional de Estudiantes –realizado  en la ciudad de Puebla en 1921– por mayoría de votos se aprobó solicitar al Congreso de la República y a los gobernadores de los estados decretar la enseñanza de la doctrina socialista en las escuelas, no es sino hasta el primer Congreso de Universitarios Mexicanos (ciudad de México, 7-14 de septiembre) donde con 22 votos a favor y 7 en contra se aprueba que los centros de educación deben adoptar la filosofía del materialismo histórico como orientación de sus tareas docentes, científicas y culturales.

Luego profesores y estudiantes católicos, así como algunos miembros del Partido Comunista, se apoderan del edificio de Rectoría expulsando a la corriente que pretende implantar los acuerdos del Congreso.

 

Noviembre

La agrupación de estudiantes organiza un ciclo de conferencias sobre el socialismo en el que participan los licenciados Manuel L. Márquez, Armando Vergara, Gabriel Sánchez Guerrero, Arnulfo Abadié, Cesar Garibay, el sociólogo Alfredo Méndez Medina y el filósofo Antonio Caso.

 

 

1934

 

 

Mayo 24-25

Al celebrar la Confederación Nacional de Estudiantes (CNE) su cuarto Congreso Nacional, en San Luis Potosí, esta es cooptada por los estudiantes católicos, quienes desde ella dirigen nacionalmente la lucha feraz contra las reformas cardenistas, concernientes a los centros de estudios superiores. En ese congreso solo las delegaciones de la Universidad de Yucatán y la Universidad Michoacana apoyan la enseñanza socialista en las universidades.

 

Agosto 24

La Federación de Estudiantes Socialistas del Estado de Puebla (FESEP) -fundada en 1929- y otros grupos estudiantiles dan su apoyo al proyecto de educación socialista.

 

Septiembre 12

El Director Estudiantil Evolucionista desmiente el apoyo de la Federación de Estudiantes socialistas: se pronuncia por la libertad de cátedra y en contra del socialismo científico.

 

Septiembre 15

A principios de este mes se funda en la ciudad de Puebla el Comité Estudiantil Antisocialista, cuya primera acción es una manifestación de protesta con las consignas: ¡No queremos socialismo! ¡No queremos esclavitud! ¡Abajo el Partido Nacional Revolucionario! ¡Viva nuestra independencia!

 

Octubre 21

Para entonces es indudable que, salvo en la UNAM, en los demás centros de estudios superiores se impartirá la educación socialista, y una providencia para evadirla es luchar por la autonomía de los colegios y universidades estatales, sobre todo cuando se cuenta con una organización de envergadura nacional como la CNE:

En esta lógica, la Confederación Nacional de Estudiantes apoya activamente la fundación de la Universidad Autónoma de Guadalajara. El 21 de octubre los estudiantes tapatíos se pronuncian a favor de la lucha antisocialista que realizan los estudiantes poblanos.

 

1935

 

Presidente Lázaro Cárdenas
Lázaro Cárdenas, el presidente que promovió la educación socialista / Imagen: wikipedia (CCO)

Enero 22

A raíz de los rumores de que le segregarán al Colegio del Estado los tres primeros años de preparatoria para fundar la escuela secundaria que dependerá del gobierno del estado, se reúne la Academia de Maestros. El presidente de la Agrupación de Estudiantes solicita que se le permita tomar parte en la sesión, nombrando sus representantes al efecto; estos se pronuncian en contra de la segregación.

El doctor Pedro Soto Guevara propone: “No se acepta la segregación de que se trata, en tanto que no se justifique la conveniencia pedagógica y social de ella” Y el licenciado Manuel L. Márquez opina que es conveniente formar una comisión que dictamine sobre el caso.

 

Enero 23

La comisión nombrada, después de reunirse con el secretario particular, quien confirma que efectivamente se creará la escuela secundaria, presenta entre otros los siguientes puntos: “La escuela secundaria no está ni puede estar conectada pedagógicamente con la escuela preparatoria ni con la escuela profesional”, porque la escuela secundaria “no prepara a los profesionistas, sino que prepara a todos los mexicanos desde el punto de vista de la ideología de los hombres del poder; y porque no es antecedente forzoso para una carrera profesional, sino que es educación forzosa para todo mexicano.

Ante esta situación técnica es evidente que el Estado no rechaza la educación profesional, pero si organiza universidades éstas serán de tipo socialista”. Por tanto, para evitar su influencia -se deduce del escrito-, hay que luchar por la autonomía económica, técnica y administrativa del Colegio del Estado.

 

Febrero 6

La Agrupación de Estudiantes, con el apoyo de la Academia de Maestros y la CNE, presenta al gobernador un anteproyecto de ley orgánica para la puesta en marcha de la Universidad Autónoma de Puebla.

Al mismo tiempo, la comisión de maestros encargada de estudiar las posibilidades económicas del Colegio del Estado en su funcionamiento autónomo, presenta su dictamen. Según éste, el Colegio del Estado “originalmente tenía bienes raíces, capitales propios y multitud de ingresos que se perdieron por apatía, descuido, malversación y por diversas causas imputables a gobiernos anteriores. La H. Academia puede hacer un estudio minucioso de estos antecedentes y pedir al gobierno del estado que reconozca ese adeudo y pague los réditos correspondientes, con los que podríamos conseguir nuestra seguridad económica”.

“De no ser posible esta autonomía podríamos pedir al gobierno del estado una autonomía relativa en los términos siguientes:

 

a)            independencia para nuestro gobierno interior,

b)           independencia en cuanto a planes de estudios y personalidad jurídica.”

 

Se trataba a toda costa de permanecer al margen de los vientos renovadores cardenistas. Por esas fechas en otras ciudades (Aguascalientes, Toluca) las agrupaciones de alumnos con el apoyo de la CNE presentan también anteproyectos de autonomía universitaria.

En Puebla, aun cuando el gobernador no responde afirmativamente a las demandas de los maestros y los estudiantes, es indudable que, por encima de las declaraciones oficiales, la derecha radical comenzaba a entenderse con el régimen y carecía de importancia cualquier cambio, mientras aquella no fuera reducida en sus ámbitos de influencia.

 

 

1937

 

Los Ávila Camacho contra la autonomía universitaria

El general Maximino Ávila Camacho en la boda de su hija (1942) / Imagen: INAH (CCO)

Enero/febrero 1º

En medio de un profundo descontento de los trabajadores urbanos y rurales por su nominación, el general Maximino Ávila Camacho asume la gubernatura de la entidad.

Desde 1935 había estado encargado de la zona militar poblana y había reprimido los movimientos sociales de la Federación Regional de Obreros y Campesinos, sobre la base de brindar garantías al trabajo y al capital. Sus nexos con las jerarquías católicas eran, además, notorios.

 

Febrero 15

El gobernador del estado acuerda descontar el 40% de las colegiaturas a los hijos de los trabajadores sindicalizados. Poco más tarde se crea la Unión Estudiantil Fraternal Obrera, afiliada a la CROM: El Bloque Único de Estudiantes Socialistas del Colegio del Estado protesta porque el secretario general de la Unión es a su vez miembro de la Junta Directiva de Acción Católica de la Juventud Mexicana, en la parroquia de San José.

 

Febrero 20

El poder ejecutivo estatal nombra director del Colegio del Estado al licenciado Manuel L. Márquez, quien en 1910 había dirigido a los estudiantes antimaderistas y en 1936 asesoraba legalmente a la Acción Revolucionaria Mexicanista, una organización de derecha radical basada en los modelos de los camisas negras y pardas del nazi-fascismo alemán e italiano.

Ante las reiteradas protestas dirigidas al presidente de la República por tan “desafortunado nombramiento”, el general Ávila Camacho contesta que éste es su “amigo entrañable” y no lo removerá del cargo. En realidad, durante la Revolución el primer mandatario había sido subordinado de Manuel L. Márquez, en la Brigada de Oriente.

 

Abril 4

La cámara local de diputados decreta el establecimiento de la Universidad de Puebla. En la exposición de motivos turnada al Congreso, el gobernador dijo que el Colegio del Estado “no llena actualmente los fines que demandan los tiempos modernos. En dicha institución solo se preparan profesionistas: médicos, abogados, farmacéuticos y comerciantes, es decir, contadores, que se lanzan a vivir de su profesión penosamente. Por otra parte, los alumnos no reciben conocimiento alguno sobre el sistema de ideas que prevalece”. Teóricamente, la universidad se crea para subsanar estas fallas, pero en vista del juego de grupos presentes en la región poblana, tales enunciados son solo retóricos. Prueba de ello es que en las asambleas y discusiones previas al decreto fueron excluidos los estudiantes y maestros liberales y socialistas.

 

 

Abril 23

Con fundamento en las facultades que con fecha del 14 de abril confirió el Congreso al gobernador, se promulga la Ley Orgánica de la Universidad de Puebla, que consta de 46 artículos y seis transitorios. En ésta el “Consejo Universitario es la suprema autoridad” y se “integrará por consejeros electos, por el rector de la Universidad u por el secretario de la misma, por los directores de las facultades, escuelas e instituciones universitarias”. Los consejeros maestros “serán electos por mayoría de votos del total de los alumnos inscritos en cada facultad o escuela”.

 

Mayo 22

El poder ejecutivo estatal, en una ceremonia solemne que tuvo lugar en el salón de actos del Colegio del Estado, declara constituida la Universidad de Puebla. Asiste, con la representación del presidente de la República, el subsecretario de Educación Pública, profesor Luis Chávez Orozco.

 

 

1938

 

Febrero 23

Después de transformarse el Colegio en Universidad, siguen predominando los elementos clericales y este centro de estudios continúa sustrayéndose a la vigencia del Artículo 3º Constitucional. Con esta fecha la FESEP se dirige al presidente de la República solicitando que interponga su influencia ante el gobierno del estado para que este les brinde su cooperación moral y acuerde una subvención, pues carecen de medios económicos para sus labores, consistentes en una escuela para obreros y campesinos, un departamento jurídico gratuito para las clases menesterosas y brigadas culturales a pueblos y sindicatos. Sin embargo, su petición es desoída. La Universidad no sufrió los cambios que fundamentaron su establecimiento.

 

 

La autonomía universitaria en Puebla: perspectiva histórica

 

 

Para complementar esta cronología mínima de la lucha por la reforma universitaria entre las décadas de 1910 y la de 1939, recuperamos para Crónica Universitaria este  trabajo leído por del periodista Alfonso Yáñez en el coloquio sobre Autonomía Universitaria actualidad y perspectivas  que se publicó en el número 17 de Tiempo Universitario. Gaceta histórica de la BUAP, correspondiente a diciembre de 2007.

 

Autonomía Universitaria, actualidad y perspectivas / Alfonso Yáñez

 

La gestión para obtener la autonomía universitaria fue larga y se obtuvo con el beneplácito gubernamental, pasando por transformar el Colegio del Estado en Universidad. Desde 1917 el gobernador Alfonso Cabrera Lobato, quien clausura el 24 de julio de 1919 el Colegio, pensaba ya en la transformación de éste en Universidad. En 1923 el gobernador Froylán C. Manjarrez, al constituir el Consejo Consultivo de Educación también expresó deseos de cambiar el nombre de la entidad educativa, pero implicaba mayor sujeción del Colegio a los criterios del gobierno, a lo cual los estudiantes se opusieron postergándose la transformación.

 

Gaceta Universitaria BUAP

Reforma y autonomía: dos demandas imbricadas 

 

De acuerdo con una investigación del doctor Jesús Márquez Carrillo, en 1931, en la disputa por el poder político, el general José Mijares Palencia, como candidato al gobierno del Estado prometió transformar el Colegio del Estado en Universidad de Oriente y definir la autonomía, sin embargo, al pretender imponer la educación socialista, de acuerdo con la reforma (promovida por Narciso Bassols, secretario de educación del presidente Lázaro Cárdenas) del Artículo Ter-cero Constitucional, la comunidad estudiantil se dividió y nuevamente el cambio fue aplazado.

Ante las constantes peticiones de transformar el Colegio en Universidad, el gobernador Maximino Ávila Camacho envía una iniciativa para responder a la demanda y el 23 en abril de 1937, el Congreso del Estado aprueba la transformación sin autonomía, sin modificación en los planes de estudio. Es decir, se hicieron cambios para que nada cambiara. En esta realidad gatopardiana, se acentuó el ingreso a la institución educativa de profesores y funcionarios de tendencia conservadora, cobijados por el avilacamachismo.

Para ese tiempo existían diferentes expresiones que distantes ideológicamente coincidían en la necesaria autonomía universitaria. Pedro Henríquez Ureña, quien fuera profesor por breve tiempo de nuestra institución, sostenía que

 

“nuestras universidades a menudo se hallan sometidas directamente a la acción del gobierno, y padecen tanto por la inconsulta intromisión de los congresos que introducen en las reformas de organización y planes de estudio, como por la arbitraria conducta del Poder Ejecutivo, que suele dar y quitar cargos en atención a simples fines políticos”.

 

Por otra parte, opiniones acunadas en el pensamiento conservador de la época reclamaban independencia total de las universidades frente al Estado al que acusaba de promotor de proyectos izquierdizantes.

Esas dos expresiones tuvieron cabida en sendos anteproyectos para obtener la autonomía para nuestra Universidad. El 10 de junio de 1956 (dos meses después del estallido de huelga, en la ciudad de México y en diferentes entidades del país, de más de 100 mil estudiantes), la Federación Estudiantil Poblana encabezada por el estudiante de medicina, Francisco Arellano Ocampo, se entrevistó con el gobernador Rafael Ávila Camacho y le expresó cordialmente la necesidad de una Ley que diera autonomía a nuestra Universidad.

Por su parte el Frente Universitario Anticomunista y el Comité Pro Autonomía Universitaria que integraban presidentes de seis escuelas universitarias divulgaron su proyecto autonómico que era más avanzado al que la Cámara de Diputados aprobó.

 

Aniversario Autonomía Universitaria BUAP

 

 

Después de discutir y modificar el anteproyecto de Ley presentado por la Federación Estudiantil Poblana, el Consejo Universitario, entregó su proyecto el 19 de septiembre de 1956 al gobernador Rafael Ávila Camacho, mientras en la ciudad de México se promovía (por el gobierno federal, organismo privados y clericales), una campaña en contra de los huelguistas del Instituto Politécnico Nacional, de las escuelas normales rurales, las escuelas prácticas de agricultura, la escuela nacional de maestros, la escuela superior de educación física y en centros de educación superior de Jalisco, Michoacán, Nayarit, Baja California, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán, y Oaxaca.

Se calificaba a los politécnicos de polipillos, polipícaros y polifacinerosos. Prostitutas, “tránsfugas del metate” o “indias pata rajada” a las estudiantes de las normales. Estos calificativos y otros de igual carga infamante serían aplicados a los estudiantes de la UAP, en 1961, en 1964, en 1965, en 1967, en 1968, y de 1972 a 1981, periodos en los que se exigió pleno respeto a la autonomía universitaria.

Las calumnias y las acciones en contra de los estudiantes huelguistas fueron ignoradas por la comunidad estudiantil universitaria de 1956. La Federación Estudiantil Poblana, tenía el propósito de obtener la autonomía universitaria, para esos había dialogado en con el gobernador en turno y en el caso de la UNAM tenía poco tiempo que Miguel Alemán, les había entregado Ciudad Universitaria, hoy patrimonio de la humanidad.

En ese contexto, el 23 de septiembre de 1956, a las 5:10 de la madrugada, el secretario de la Defensa Nacional general Matías Ramos, acompañado de los también generales, Álvaro Sánchez Fagoaga, Antonio Sánchez Acevedo, Ricardo Topete, y varias corporaciones del ejército y secciones de la policía perfectamente pertrechadas se introdujeron al internado del Politécnico, acompañando al nuevo director, Ing. Alejo Peralta. El desalojo estudiantil y clausura fueron las primeras medidas de los generales, después ocuparon las instalaciones escolares enviando a la cárcel —después de golpearlos— a dirigentes y seguidores.

¿Por qué es necesario mencionar las huelgas estudiantiles de 1956? Desde ese año se acentuó lo que sería una constante para resolver los diferendos estudiantiles, magisteriales y laborales. Ante la carencia de soluciones políticas: la intervención de la fuerza pública. Frente a esos hechos, las comunidades estudiantiles de la UNAM, nicolaita, de San Luis Potosí, y de Puebla guardaron silencio. Años más tarde, su silencio sería se correspondido con la intervención de la fuerza pública.

¿Qué demandaban los estudiantes huelguistas?: garantías legales para la consolidación y desarrollo de las instituciones educativas, reformas a los planes y programas de estudio para hacerlos más eficientes, creación de nuevas cátedras, más horas de clase, mayor número de maestros, maestros más capaces y puntuales, mejoramiento y construcción de edificios escolares, instalación de laboratorios y bibliotecas, campos deportivos, destitución de autoridades ineptas o venales, y ampliación y mejoramiento del llamado sistema asistencial.

Esta gran huelga que ocupó durante muchos meses los principales titulares de los diarios nacionales y de uno local, tampoco mereció la atención de los diputados locales que el 22 de noviembre de 1956 aprobaron por unanimidad la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Puebla, enviada por el ejecutivo del estado a gusto de los sectores conservadores de la entidad.

 

 

 

Fuentes de consulta sobre la autonomía universitaria

 

 

Azcué Bilbao, Karmele. El movimiento estudiantil poblano (1952-1957). Entrevista con Francisco Arellano Ocampo, Archivo Histórico Regional Universitario, Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, 1992.

Lara y Parra, Manuel. La lucha universitaria en Puebla 1923-1965, Cuadernos del Archivo Histórico Universitario, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Gobierno del Estado de Puebla, número 20, Puebla, 2002.

Pérez Espinosa, Juan Fidel. Crónicas de Familia: La Universidad y los Universitarios poblanos 1956-1961, Gobierno del Estado de Puebla, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Cuadernos del Archivo Histórico Universitario, Puebla, 1999.

Romano Moreno, Armando. Anecdotario estudiantil, Universidad Autónoma de Puebla, volumen I, colección 3: Crónicas y Testimonios, Puebla, 1985.

Romano Moreno, Armando. Anecdotario estudiantil, Universidad Autónoma de Puebla, volumen II, colección 4: Crónicas y Testimonios, Puebla, 1985.

Sotelo Mendoza, Humberto. Crónica de una autonomía anhelada, Cuadernos del Archivo Histórico Universitario, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Gobierno del Estado de Puebla, número 29, Puebla, 2004.

Tirado Villegas, Gloria A. (Coord.). La autonomía universitaria y la universidad Pública. Historia y Perspectivas. 50 aniversario de la Autonomía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Vicerrectoría de Investigación, Estudios de Posgrado, Cuerpo Académico de Estudios Históricos, Programa de Rescate de la Memoria Histórica Universitaria Puebla, 2009.